EFECTO PROUST: OLORES Y SABORES DE LA MEMORIA

Written by on 19 abril, 2024

Por Jazmín González

¿Te ha pasado que mientras comes algún alimento te remontas a un momento de tu vida en el que fuiste feliz? Algunos han comparado esa sensación como una máquina del tiempo, pues hace algunos años un escritor francés describió cómo es posible que nuestros sentidos nos permitan ir hasta un añorado recuerdo sin necesidad de ninguna máquina.

Haciendo uso del delicioso postre llamado Magdalena o Madeleine (en francés), el escritor Marcel Proust explicó que el estímulo sensorial permite rememorar una parte de nuestro pasado que está asociada con los sabores, olores y sonidos. En la novela “En busca del tiempo perdido” de Proust, se puede leer como el protagonista relata los recuerdos que surgen en él mientras prueba una Magdalena mojada en té, los cuales van desde imágenes del pueblo de su tía hasta las calles por donde solía transitar en su infancia.

En esa misma obra, el autor explica cómo el ver el postre en el mostrador no remonta a ningún recuerdo al personaje, quien está bastante acostumbrado a verlo en algunos negocios, pero al momento de probarla la situación cambia porque todos los recuerdos del pueblo de su tía y su infancia van tomando forma gracias a la memoria sensorial.

LOS OLORES, SABORES Y SONIDOS NUESTRA MEMORIA

Al igual que el protagonista de “En busca del tiempo perdido”, tú también puedes tener tu efecto Proust. La memoria olfativa está compuesta de todos los vínculos emocionales que están marcados por lo que vivimos y que se asocian a determinados olores y fragancias.

De acuerdo con un estudio del doctor Loren M. Frank, del Instituto Kavli de Neurociencia Fundamental de la Universidad de California, el hipocampo es la zona del cerebro encargada de unir los sentidos con los recuerdos; es decir, cuando volvernos a experimentar los mismos olores, sonidos y sabores, se activan las imágenes que el cerebro asoció a ellos. Por otro lado, la Universidad Northwestern Medicine aseguró que es el olfato es el sentido más fuerte para los recuerdos, pues su conexión con las zonas de memoria del cerebro es mucho mejor que la del resto de los sentidos.

Pero no todo es tan bueno, pues, así como algunas personas viven el efecto Proust de manera positiva hay otras que lo hacen de forma negativa, ya que los sentidos no solo te remontan a situaciones de felicidad también lo hacen a momentos desagradables. Sin duda, es un fenómeno bastante curioso que nos permite conectar con nuestros recuerdos, basta con relajarse y disfrutar lo que se está comiendo para que los recuerdos asociados con ese alimento lleguen a nuestra mente. ¿Qué recuerdo te gustaría revivir? Coméntanos en nuestras redes sociales.


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