EL SUEÑO DE ROALD AMUNDSEN: LA CONQUISTA DEL POLO SUR

Written by on 4 marzo, 2024

Por: Belmaris Mateo

Hay lugares inhóspitos en el mundo, los cuales el ser humano no puede ocupar por lo crueles de los distintos climas, van desde muy calurosos como los desiertos y otros sumamente fríos, un ejemplo de esto son los polos que se encuentran al norte y al sur de la tierra, ahora nos parece fascinante todo lo que sabemos de estos sitios, pero hubo un momento dónde desconocíamos incluso la existencia de estos. Por fortuna existen personas con curiosidad y tenacidad para salir a explorar y descubrir nuevos paisajes. Roald Amundsen fue uno de ellos al descubrir el Polo Sur.

Roald Amundsen nació en el municipio de Borge en Noruega, el 16 julio de 1872, fue el cuarto hijo de Jens Amundsen y Gustava Zahlqvist. A temprana edad tuvo interés en la navegación, pues su padre era dueño de barcos, sin embargo, su madre quería que él fuese un médico e intentó durante un tiempo estudiar medicina, poco después de la muerte de su progenitora, Roald decidió dejar la escuela y desempeñarse como marinero. Lo anterior le permitió desarrollar su experiencia en las expediciones polares y descubrir lo que realmente le apasionaba.

Antes de aprender más sobre navegación, una buena noticia llegó para él cuando viajó a Estados Unidos, pues consiguió a un patrocinador importante, se trataba de Lincoln Ellsworth, quien aparte de ser millonario era explorador. A los 25 años, en 1897 obtuvo el puesto de timonel en una expedición a la Antártida, viajaría con Adrien de Gerlache y su equipo. En este viaje la tripulación sufrió hambre y frío, ya que no iban lo suficientemente preparados para el crudo invierno, además como dato adicional, ellos fueron los primeros en invernar en el círculo polar ártico, ¡Increible!

Amundsen siguió explorando y para 1903 comandó por primera vez una expedición y recorrió la ruta marítima, el Paso del Noroeste, a bordo de un velero llamado Gjoa y con seis tripulantes. Permaneció con su grupo dos años en el Nunavut, Canadá, en su estadía en este lugar aprendió las técnicas de supervivencia de sus habitantes, vestimentas y el uso de trineos con perros. Estos sucesos hicieron famoso a Roald y también adquirió el conocimiento necesario para conquistar el Polo Sur.

 

Todas las cosas que este explorador había aprendido quería utilizarlas en el Polo Norte, pero dos personas, Robert Peary y Frederick Cook decían haber llegado a este, fue entonces que se decidió y se fijó como objetivo, el Polo Sur. Ni su equipo, ni sus patrocinadores, ni el gobierno sabían de su plan, puesto que esta vez, él quería llegar primero a la Antártida. Justo ahí empezó la carrera, porque el inglés Robert Falcon Scott, competiría con él. Amundsen zarpó en un buque de nombre Fram, perteneciente al gobierno de Noruega, por suerte la embarcación estaba hecha para exploraciones árticas.

“Me dirijo a la Antártida” eso decía el telegrama que Roald a Scott cuando se dirigía a su objetivo en enero de 1911, nuestro explorador logro asentar su base en la Bahía de las ballenas, posteriormente se dedicó a instalar depósitos de provisiones para sobrevivir en el refugio con su tripulación y esperar a que el clima no fuese tan cruel, puesto que acababa de terminar el verano antártico. Llegó octubre 19 de 1911, el equipo estaba listo para partir a la aventura con cuatro trineos y 52 perros groenlandeses. Además de una dieta especializada que consistía en galletas, pemmican, chocolate, leche en polvo, para los caninos solo pemmican.

La conquista quedó plasmada el 14 de diciembre, a las tres de la tarde, clavaron su bandera y así se reconocieron como los primeros en llegar a ese sitio cubierto de nieve. En esta carrera los noruegos ganan por mucho a los ingleses liderados por Scott, la derrota y la muerte había llegado para él y sus hombres, ya no tenían comida, ni combustible, ni agua, solo quedó su diario dónde se lee su última entrada, “La muerte no puede estar lejos”.

Mientras tanto Amundsen llegó sin ningún contratiempo a su base y viajó a Australia, ya era reconocido y las felicitaciones por su triunfo no se hicieron esperar. Sin duda fue un esfuerzo sobrehumano que pasó a la historia. Roald nunca dejó de viajar, incluso subió a un dirigible y cruzó por el Polo Norte, sin embargo, el 18 de junio de 1928, a los 55 años falleció cuando un hidroavión de rescate en el que iba a bordo se estrelló y nunca encontraron su cuerpo, aunque su legado perdurará. Coméntanos, ¿Te gustó la historia de Roald Amundsen? ¿Habías escuchado de la conquista del Polo Sur? Recuerda dejarnos tu comentario a través de La Nueva Voz Radio.


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