Un trabajo del que poco se habla.

Poco se habla de la importancia que tienen las personas que se dedican al cuidado del hogar, y las veces que se les nombra, los comentarios están acompañados con juicios de valor negativos hacia su persona o trabajo y nunca se está conforme con la manera en la que desempeñan su labor. En redes sociales han surgido varias “ladys” o “juniors” que les juegan bromas bastante pesadas a las trabajadoras del hogar, siempre, justificándose que es un chiste y minimizando su comportamiento con la frase; “así nos llevamos, es parte de mi familia”.

Sin embargo, estos comentarios bastante negativos esconden un comportamiento clasista que hemos venido arrastrando con el paso de los años, segregando a grupos vulnerables o minimizándolos, sin que exista una repercusión en los actos de quienes los cometen. Es por eso que el 30 de marzo es el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, con el objetivo de visibilizar la situación de las personas empleadas, en su mayoría mujeres, que no tienen apenas derecho a descanso ni amparo, además de ser un trabajo poco reconocido y muy precarizado.

El contexto histórico se remonta hace 34 años, en 1988 en Bogotá Colombia se llevó a cabo el primer Congreso de las Trabajadoras del Hogar. En esa reunión se discutieron muchos asuntos, pero los de mayor interés eran la gran discriminación que sufren las personas que se dedican a este trabajo, la falta de leyes que les amparan, el establecimiento de un pago digno por su labor y el derecho a una protección social por parte de los estados.

Años más tarde y con la presión encima, la ONU en el 2011 por medio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), generó un tratado histórico donde se creaba un Convenio para asegurar el Trabajo Decente para los Trabajadores/as Domésticos, generando así el primer documento regulatorio de este tipo de actividad económica.

Cabe mencionar que dicho oficio lo practican su mayoría mujeres y en México, una de cada 10 mujeres que laboran lo hace en el empleo doméstico remunerado. Antes de la pandemia de covid-19 había alrededor de 2.4 millones de trabajadoras del hogar, de ellas, 28% era de origen indígena. Es el segundo país con el mayor número de empleadas de este sector. El primero es Brasil, con más de 6.2 millones.

El empleo para las trabajadoras del hogar en toda Latinoamérica se caracteriza por jornadas que superan las 60 horas semanales con informalidad y bajos salarios. […] En México, por cada 100 pesos que recibe una persona asalariada, ellas obtienen 60 pesos, según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

A pesar de los avances que se tienen en materia, se sabe que aún estamos lejos de dignificar dicho oficio, sin embargo, se están tomando las medidas adecuadas para que puedan tener derechos e igualdad de condiciones como en cualquier otro oficio o profesión, ahora, de acuerdo con el convenio 189 se estipuló jornadas de máximo 8 horas y la obligatoriedad de un contrato por escrito, derechos como las vacaciones y licencia de maternidad pagadas, así como el aguinaldo y el seguridad social, aunque en este último punto, aun se flaquea un poco pues no todas las trabajadoras están aseguradas.

COVID-19.

Durante la cuarentena, muchas de las trabajadoras del hogar sufrieron despidos injustificados, a las de planta se les recortó el salario, pero no las horas de trabajo, no se les permitió salir para evitar contagios y no se otorgó los materiales adecuados de cuidado para su protección.

Por todo esto, es importante reconocer su trabajo, dignificarlo y asegurar que las condiciones sean las mínimas adecuadas para que se pueda ejercer con calidad humana. Está bien señalar estos comportamientos clasistas que dejan de ser una broma más y se suman a una lista de discriminación, reconocer su importancia para darles el trato humano que se merecen y por el apoyo que brindan en casa. ¿Conocías de esta fecha? Recuerda comentarnos y seguir al pendiente de nuestra programación en La Nueva Voz Radio.