Así se formó una Diva llamada Silvia Pinal…
Written by lanuevavoz on 30 noviembre, 2024
Por Berenice Suárez
Corría el año de 1930 cuando la hija de la Matriarca Jovita, Marilú, de tan solo 15 años traería al mundo a Silvia Hidalgo, hija de Moisés Pasquel quién era un hombre reconocido en la famosa cadena radiofónica XEW.
Al enviudar su abuela tuvo que hacerse responsable de 6 mujeres y su pequeña nieta, que una vez que adoptó el apellido de su padrastro Luis G. Pinal y quedar inspirada por el gusto del baile y canto de su madre; no cabía duda de que sería ella la heredera no solo de un matriarcado sino también de un legado importantísimo en la historia de la cultura y arte mexicanos.
Primeros Pasos
Durante su pasó por la primaria la pequeña Silvia era la artista de la escuela: bailaba, cantaba, actuaba y destacaba en los escenarios tanto así cobraba a los vecinos para que fueran a ver su función. Esto lo hacía con la idea de juntar su dinero para poder ir al cine con su tía, pasatiempo que le fascinaba pues estaba muy segura de que un día sería ella quién estuviera en la pantalla grande.
En un inicio, su padre Luis Pinal se oponía al sueño de su hija, pero con la ayuda de su madre pudieron convencerlo de que comenzará a tomar clases de ópera a la edad de 11 años. Pese al apoyo de su padre adoptivo, con el pasar de los años se le reveló que el hombre a quién a veces frecuentaba en la radio en realidad era su verdadero padre cosa que le causó gran tristeza.
Sin embargo, la joven Silvia que ahora era cercana al medio supo que no solo podía aspirar a ser cantante sino también actriz. Recordemos que Silvia era una hija Ilegitima por lo que Moisés Pasquel le prohibió acercarse a él para no descuidar su nombre, cortando todo tipo de relación.
Silvia aun contaba con su padre Luis Pinal quién le recomendó estudiar una carrera para “poder vivir de algo” y ella decidió estudiar mecanografía. Más adelante, una de sus tías le consiguió trabajo en un laboratorio mientras se costeaba la escuela de Ópera en la Academia del maestro Reyes Retana.
Primeras actuaciones
Silvia Pinal estudiaba arte dramático en el INBA donde en aquel entonces los profesores eran los más importantes de la época en la cultura y el arte: Carlos Pellicer, Salvador Novo, Xavier Villaurrutia, entre otros.
En ese entonces hizo audición para un teatro experimental dirigido por Rafael Banquells que, admirado por su belleza se enamoró de ella y le dio un papel protagónico profesional en la obra Nuestra Natacha. Algunas otras obras a las que fue invitada fueron: Un sueño de cristal, Don Juan Tenorio y El cuadrante de la soledad.
Su primera oportunidad en el cine ocurrió a la edad de 17 años de la mano del director Miguel Contreras Torres, quién al ver sus actuaciones le dio un papel breve en la cinta “Bamba”.
La estrella del Cine de Oro
En el año de 1950 Silvia Pinal ya había participado en Escuela para casadas, La mujer que yo perdí y El rey del barrio junto a Tin Tan. Tan solo tres años después fue invitada para trabajar en la cinta Un rincón cerca del cielo protagonizada por Pedro Infante, Marga López y Andrés Soler y es entonces que recibe su primer premio Ariel a mejor Coactuación Femenina.
A partir de entonces trabajaría muy ocasionalmente con Pedro Infante quién también la pretendió por mucho tiempo. Una de sus películas más destacadas fue El inocente que se mantuvo por cinco semanas en la cartelera nacional. Silvia firmaría un contrato de exclusividad con Gregorio Wallerstein protagonizando su primer filme musical Reventa de esclavas junto a Antonio Aguilar.
En el año de 1955 Silvia hizo algo atrevido: cambio su estilo cortándose el cabello y color a un rubio para la película Un extraño en la escalera ya que el actor Arturo de Córdova requería una actriz extranjera en el papel lográndolo obtener. La cinta fue dirigida por Tulio Demicheli y se rodó en La Habana, Cuba.
Una musa de gran belleza
Sin duda, una de las etapas más importantes en la carrera de Silvia Pinal fue aquella donde trabajo al lado del polémico cineasta español Luis Buñuel. Con sus actuaciones en “Viridiana” (1961), “El ángel exterminador” (1962) y “Simón del desierto” (1965) se consagraría como una actriz internacional de renombre al ser ganadora de una palma de Oro en Cannes, el máximo galardón del cine francés.
Otra situación en torno a la gran popularidad de la ahora diva Silvia fue su encuentro con el famoso muralista Diego Rivera quién; después de coincidir durante la obra de teatro “El cuadrante de la soledad” y después en el proceso de construcción de su casa, insistió se pintará un retrato de la actriz. Ella modelo para él por tres días en un vestido negro entallado y con un espejo detrás que mostraba la silueta de su espalda.
Durante el proceso, Silvia Pinal conoció a Octavio Paz, Carlos Fuentes, Elena Poniatowska y Lupe Marín, amigos del pintor. Pese a que ella moría de nervios al imaginar el costo del retrato, su sorpresa fue que éste sería un obsequio especial.
Pionera en el teatro y la televisión
La contribución de Silvia en el teatro fue significativa ya que ella es quién inicio el género de la comedia musical. En 1958 produjo su primera obra Ring, Ring, llama el amor dándole el papel de productora musical e inclusive llegó a rechazar un papel en Broadway.
Con un total de 40 obras teatrales entre las que destacan Anna Karenina (1986) Cats (1991) y la popular versión en español de Mame que inauguraría el teatro Silvia Pinal.
Silvia vio crecer a las cadenas y contenido televisivo, protagonizando más de cinco mil horas de contenido. Produjo y protagonizó novelas como Fuego en la sangre (2008), Soy tu dueña (2010) pero sin duda el éxito televisivo fue Mujer, casos de la vida real, que debutó en 1985 y se mantuvo al aire por más de dos décadas. Dicho programa fue un formato que fomentaba la conciencia en la época que abordaba temas como la violencia intrafamiliar e injusticia social a través de historias que ella misma seleccionaba.
Legado imborrable
Silvia Pinal se volvió un referente como mujer por muchas décadas apoyando además a nuevos talentos y defendiendo el trabajo artístico. Su belleza, carisma y extenso talento admiro tanto a productores como a su audiencia.
Puede asegurarse que su legado en el cine, el teatro y la televisión seguirá siempre vivo en la memoria histórica con la imagen de la gran última Diva del cine de oro mexicano.
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