EL DÍA EN EL QUE “EL KÁISER” JUGO CON UN HOMBRO DISLOCADO

Por: Oscar Baleón

Hace unos días falleció uno de los futbolistas más exitosos de todos los tiempos, El alemán Franz Beckenbauer; Campeón del mundo como jugador en 1974, así como entrenador en 1990 y como directivo en 2014 quizás un poco opacado por aquellas leyendas que aun el más desinteresado del futbol ubica: Maradona y Pelé, Aquellos dos jugadores que se consagraron como campeones del mundo en México.

Y es Justo México en 1970 en donde se desarrollaría la anécdota del día de hoy, dicho mundial no solo es famoso por Pelé si no que fue uno de los mejores de la historia, si no el mejor, y una de las anécdotas memorables fue la de Franz Beckenbauer, que se dislocó el hombro y jugó más de 50 minutos el llamado “partido del siglo” contra Italia.

Las semifinales se llevaron a cabo en el Estadio Azteca de la Ciudad de México para el partido por el título, enfrentando a Alemania contra Italia. Alemania, subcampeona del mundo hace cuatro años, tenía un equipo repleto de estrellas, pero Italia no era un rival fácil puesto que, también estaba entre las favoritas.

El conjunto italiano se adelantó en el minuto 8 con el gol de Roberto Boninsegna, pero en el minuto 70, Beckenbauer chocó con el potente Facchetti, provocándole una dislocación del hombro derecho. Por lo tanto, el “Kaiser” Beckenbauer permaneció en el campo adolorido y no pudo moverse hasta que el gol del alemán Karl-Heinz Schnellinger en el minuto 90+2 obligó a la prórroga.

Cabe mencionar que la tecnología médica no era la misma que hoy en día, y el mundo venía de conflictos bélicos que habían impactado a Alemania, que en ese momento mantenía un muro gigantesco que partía en dos al país, La solución fue muy simple; pegar el brazo a su pecho con cinta adhesiva blanca en un improvisado cabestrillo. Y así el defensa central y capitán de los teutones jugaría los tiempos extras del partido para llegar a la final.

Beckenbauer no podía ser sustituido. A cada equipo sólo se le permitían dos sustituciones por partido, y Alemania Federal ya las había realizado, era seguir jugando o abandonar a su país con 10 jugadores.

Allí fue cuando se desarrolló la leyenda del defensa que vistió la camiseta número 4, y fue uno de los protagonistas de uno de los partidos más emocionantes de la historia de los Mundiales de futbol.

El partido que en tiempo reglamentario terminara 0-0 se volvería una locura terminando 4-3 y aunque al final Italia ganó el partido y se clasificó para la final, solo para padecer ante la gran favorita selección brasileña liderada por con Pelé, Gerson, Tostao, Rivelino y Jairzinho.

La imagen de Beckenbauer se volvió icónica, jugando con el brazo inmovilizado, lanzando balones largos y defendiendo con gracia y sincronización contra el ataque italiano.

Un jugador que definía su posición como alguien que tenía una salida y un iniciador de la ofensiva que era una rareza en su época. Tan solo dos años después de esto en 1972 fue conmemorado como el primer defensa en ganar un Balón de oro, premio que distingue a un futbolista como el mejor en el año y que no se quedó ahí ya que en 1976 se repitió.

Es así como En la década de 1970, fue capitán de la selección de la República Federal Alemana, con la que ganó el subcampeonato del mundo en 1966 y el campeonato mundial en 1974; también ganó cuatro veces el campeonato de la Bundesliga con el Bayern de Múnich y ganó la Copa de Europa. tres veces con el Bayern la competición se conoce ahora como Liga de Campeones de la UEFA.

Como técnico llegó a la final en México ’86 y repitió título mundial con Alemania en Italia ’90, así también como directivo teutón ganaría el mundial del 2014 en Brasil.

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