Razones para ver Gambito de dama

Por: Mauricio Gamero.

En la Nueva Voz Radio, conscientes de ofrecerte las mejores alternativas para pasar tu tiempo, te recomendamos la gran apuesta de Netflix por el ajedrez. Hace unos meses se estrenó The Queen’s Gambit, distribuida en países de habla hispana como Gambito de dama. Se trata de una adaptación en el formato de miniserie de una novela homónima escrita por Walter Tevis y publicada originalmente en 1983.

A grandes rasgos, Gambito de dama (Scott Frank, 2020) cuenta la historia de Elizabeth “Beth” Harmon, una niña huérfana que descubre por azar el ajedrez en el orfanato donde es llevada luego del fallecimiento de su madre en un accidente automovilístico.

Si hay algo que avala el camino al éxito en el que se encuentra esta serie, es la participación de Anya Taylor-Joy como protagonista del proyecto. La joven actriz ha dado pasos agigantados durante sus últimos años en Hollywood sumando importantes papeles a su carrera. La actriz es una pieza crucial de la trama interpretando a Beth Harmon, una mujer que lucha con sus fantasmas y con su genio incomprendido.

Es un producto muy bien logrado, por la calidad de sus movimientos, no fueron representadas por actores sino por expertos en el ajedrez. Tal como se supo, los expertos les enseñaron a los actores cómo jugar y mover las piezas como si hubieran jugado ajedrez toda la vida.

Si creías que por ser una historia que gira en torno al ajedrez sería sinónimo de aburrimiento, estás equivocado; lo cierto es que quedarás sorprendido de inmediato en este mundo; incluso te será fácil familiarizarte con las jugadas y términos del juego.

Es una serie interesante, emocionante, que despierta la curiosidad por varios de los temas ahí presentados y cuenta con una excelente producción cinematográfica (en todos sus aspectos: actuaciones, guion, escenografía, fotografía, la música, etc.). Pero lo más importante, esta serie destaca por la manera tan inteligente y aún bella en que lleva a reflexionar sobre algunos prejuicios que todavía persisten sobre las mujeres, el lugar de la mujer en la sociedad, las actividades intelectuales, el tratamiento que se le da socialmente a emociones como la soledad y la tristeza, el bienestar mental y más. Ese, sin duda, es su rasgo más valioso.