IKIGAI: LA RAZÓN POR LA QUE TE LEVANTAS CADA MAÑANA

De acuerdo con los japoneses todo el mundo tiene un ikigai, un concepto que no tiene una traducción directa, pero que significa esencialmente la razón por la que te levantas cada mañana. Algunos lo han encontrado y son conscientes, mientras que otros siguen en la búsqueda. Si eres una persona que ya ha descubierto su propósito, que trabaja con motivación y que está contenta con lo que tiene, es probable que ya hayas encontrado tu ikigai. Sin embargo, si no es tu caso, en la nota de hoy vas a entender porqué es importante conocer tu ikigai y también los pasos que debes de seguir para encontrarlo.

¿Qué es el ikigai? ¿Por qué es importante?

La palabra ikigai se ha traducido a algo parecido como “el propósito de la vida” una definición que suena muy imponente, pero que se acerca más a un significado práctico: entender qué te hace levantarte de la cama todas las mañanas. No porque te sientas más recuperado y descansado, sino porque hay un motivo más personal para hacerlo. Es saber lo que te gusta hacer y dedicarte a esas actividades durante toda tu vida.

En teoría es que si puedes ganarte la vida haciendo lo que te gusta, tenderás a realizar tus actividades con mayor satisfacción, atención y productividad.

Un Ikigai te ayuda a comprender por qué quieres lo que quieres. Todos tenemos sueños; soñamos con tener ciertos bienes materiales, con mejorar nuestra salud o vivir alguna experiencia. No obstante, normalmente olvidamos preguntarnos porqué perseguimos estos sueños. ¿Por qué quieres mejorar tu salud? Comprender los motivos que hacen que te levantes cada mañana es importante porque te da una motivación interna y duradera. Una motivación que es capaz de mantenerte en el camino para conseguir tus objetivos. No es un propósito pasajero que proviene de un vídeo motivacional o un eslogan. En suma, es uno de los secretos para una vida larga, joven y feliz.

Este estilo de vida es la que llevan los habitantes de Okinawa, la isla con la población más longeva del mundo. Según cifras oficiales del país, 87 años para las mujeres y 81 para los hombres. En esta cultura, el ikigai se concibe como “una razón para levantarse por la mañana”, es decir una razón para disfrutar de la vida.

Existen varias técnicas para encontrar tu propósito, sin embargo, todas las técnicas coinciden en un aspecto: conocerte a ti mismo. Necesitas tener una conversación sincera contigo mismo. De lo contrario, lo que crees que es tu propósito puede ser lo que otras personas creen que es bueno para ti (la familia, tus compañeros de trabajo, los famosos que sigues, la publicidad, etc.)

• Un paso pequeño: desmontarse de los delirios de grandeza que parecen afectar a mucha gente hoy en día; tener mucho dinero, tener un cuerpo perfecto. Queremos tener tantas cosas que acabamos teniendo nada. En lugar de eso, intenta empezar con cosas pequeñas. Elige una sola área de tu vida que necesite mayor atención y mira cómo puedes mejorarla un poco. Tienes que ser constante y que tenga sentido para una planificación de vida mayor.

• Liberarse: liberarse de las viejas ideas que pueden no estar alineadas con lo que realmente quieres en la vida. Por ejemplo, ¿quién dice que necesitas tener una casa grande o el coche del año para sentirte más feliz? ¿Es tu verdadera necesidad o el algo que has interiorizado de afuera? Reflexiona cuidadosamente lo que realmente quieres en la vida.
• Busca armonía y sostenibilidad: no servirá de nada encontrar tu ikigai si no te trae armonía a tu vida y si no es sostenible a largo plazo. Utiliza las siguientes preguntas: ¿Se puede mantener esta actividad a largo plazo? ¿Se puede vivir de ello? Piensa en el ikigai como la intersección de 4 círculos: 1) Lo que amas 2) Lo que el mundo necesita 3) Lo que sabes hacer bien 4) Lo que te hace ganar suficiente dinero para vivir bien. Si consigues encontrar una actividad que reúna las 4 cualidades, habrás encontrado tu razón de vivir.

• Alegría por las pequeñas cosas: no condicionar tu felicidad así conseguir grandes metas. Un error de muchas personas al diseñar planes de vida es crear proyectos gigantescos y condicionar su felicidad propia a cumplirlos. Por ejemplo, supongamos que uno de tus grandes objetivos es acabar un posgrado. Esta puede ser una tarea ardua que te va a llevar años de dedicación y estudio. Si solo te permites estar feliz cuando consigas el diplomado, te habrás enfrentado a años de sufrimiento por unos momentos de alegría. Sí, porque poco después de conseguir el posgrado de tus sueños, vas a buscar otras metas y tu alegría pasará y establecerán nuevas y mayores metas a las que volverás a condicionar tu felicidad. Un ciclo interminable. Existe una forma más inteligente de vivir la vida: aprende a ser feliz por las cosas pequeñas. Alégrate cada vez que tengas que sentarte a estudiar para tu posgrado. Alégrate por cada error que comentas al escribir el trabajo de fin de grado. Recuerda que nuestra vida tiene muchos más momentos comunes que grandes momentos. No te condenes a una vida llena de insatisfacción.
• Estar aquí y ahora: aprende a vivir el momento presente. Aprende a disfrutar el viaje, y no solo del objetivo final. No te condenes a pensar constantemente en los deseos del futuro y disfruta el proceso.

Estos son algunos pasos que pueden ayudarte a encontrar tu razón para levantarte cada mañana ¿te animas a probar? Comparte tus comentarios a través de nuestras redes sociales.

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